por Mª José Meseguer

Desde los inicios de la saga Borbónica, vemos como ya los primeros borbones dieron muestras de enfermedades mentales y adicciones, como Felipe V que, además de creerse ser una rana, defecaba en cualquier sitio del palacio y no se lavaba; o, su hijo FERNANDO VI, el cual era adicto a los opiáceos y maltrataba a sus subordinados.

A estos les siguieron, adictos al sexo y a la  caza, como Carlos III o su hijo   Carlos IV. El cual, para más inri, cedió la Corona de España a Napoleón por 30 millones de reales anuales y, cuya situación  heredó su hijo Fernando VII, aunque con menor cuantía de tan solo 4 millones.

Ya en el s. XIX, este mismo Fernando fue quién, a pesar de ser un conocido crápula, vicioso y con un miembro viril desmedido, al no ser capaz de tener la tan anhelada (en esa época) descendencia masculina que heredara su trono, anuló la ley Sálica con el único fin de que su hermano Carlos no accediera al trono tras su muerte y que, aunque permitió gobernar a su hija Isabel no calculó las consecuencias de iniciar las Guerras Carlistas, miles de muertos.

Con la llamada revolución “Gloriosa” y la I Republica, llegó el primer intento de echar a los Borbones pero, la muerte de Prim, la abdicación de Amadeo de Saboya y otros problemas impulsaron la Restauración de la Monarquía en Alfonso XII, hijo que la reina Isabel tuvo, presuntamente, con un comandante   valenciano, Enrique Puigmoltó.

Su reinado fue breve ya que, Alfonso XII resultó ser una persona  enfermiza que murió de tuberculosis y, pronto dejó a su esposa, Mª Cristina de Austria, como regente hasta la mayoría de edad de Alfonso XIII, cuyo nefasto gobierno destacó porque, dada su soberbia y chulería, no se plegó a las limitaciones constitucionales y dio pie a desastres militares, a la    dictadura de Primo de Ribera; e, incluso, fue  promotor del cine pornográfico de los hermanos Baños, cuyas  películas se conservan en la Filmoteca Valenciana.

Cercanos al Dictador

Tras la II República y el golpe fascista, el sucesor de Alfonso XII y padre del actual emérito, Don Juan, corrió a  ponerse a disposición de Franco pero, el General Mola impidió que se uniera a sus fuerzas para que los Carlistas no se molestaran; y, con el fin de  lograr su verdadero objetivo: restablecer la  Monarquía como fuera, envió a su hijo a estudiar bajo su tutela.

Por tanto, no es de extrañar que Juan  Carlos I, siendo tan cercano al Dictador,  desde el inicio de su reinado ya en       democracia, hablara con ciertos Generales sobre la situación política de España y de los cambios que consideraba necesarios, propiciando “indirectamente“ el Golpe del 23F. Fecha negra de nuestra historia a la que, supuestamente, tanto  EEUU como la OTAN pusieron fin, al recordarle que la monarquía y, por tanto, su posición privilegiada no  sobreviviría sino era en Democracia, por lo que tubo que intervenir y  frenar el golpe.

Así mismo, viendo lo avispados que fueron alguno de sus antecesores, no es de extrañar que el Rey emérito haya acumulado una gran fortuna que, según New York Times, podría superar los 2.300 millones de dólares y que, por supuesto, la tenga en paraísos  fiscales y en negro, sin que conste su declaración a Hacienda.

Por no hablar de los negocios que,  gracias a la corona, han sido el origen de esta fortuna y de los regalos que hacia a sus “amigas íntimas” a la que, como la propia Princesa Corina ha declarado, le dio 65 millones de euros que, supuestamente, él habría recibido del cobro de comisiones en la obra del AVE a La Meca (Arabia Saudí). 

Aunque, los “negocios” del emérito no se quedan ahí ya que, también se dice que con el fin de ocultar algunas de las numerosas aventuras que ha ido acumulando durante su reinado, los gastos derivados de estas se pagaron con dinero de los Fondos reservados.

A todo esto, deberíamos añadir que, hace algunos años, tras la desclasificación por parte de la CIA de sus archivos secretos, donde se “relatan con lujo de detalles cómo fue realmente la ocupación marroquí de la colonia española en el Sahara Occidental”, sabemos que Juan Carlos de Borbón, que ya ejercía interinamente la Jefatura del Estado español por la enfermedad del dictador Francisco Franco, sería el encargado de urdir todas las maniobras y acuerdos internacionales que iban a conducir de manera inevitable a la ocupación del Sahara Occidental por parte del Ejército marroquí.

Esto le habría llevado a firmar un pacto secreto con EEUU comprometiéndose a entregar el Sahara español a Marruecos a cambio del total apoyo político americano en su andadura como rey de España; al tiempo que, aparentaba ante los militares, los saharauis, la ONU y, al mismísimo pueblo español, diciéndoles cosas como: “España no dará un paso atrás, cumplirá todos sus compromisos y respetará el derecho de los saharauis a ser libres…”; o,    también: “No dudéis que vuestro comandante en jefe estará aquí, con todos vosotros, en cuanto suene el primer disparo….”

Una herencia envenenada…

por Mª José Meseguer

Dada la gravedad de las acusaciones que se están vertiendo en los últimos días sobre la figura del Rey emérito y aunque, hasta el momento, no dejen de ser meras investigaciones abiertas por sospechas de corrupción, el hecho de que todo se trate de ocultar y no se haya abierto todavía ningún juicio no deja de ser preocupante y levanta ampollas en una sociedad cada vez más polarizada.

Aunque JUAN CARLOS I, ante las noticias sobre sus presuntas corruptelas de los últimos años, abdicara en favor de su hijo Felipe VI, el jueves 19 de junio de 2014,  proclamándole rey desde el día en que se hizo efectiva su abdicación; no ´ha logrado que, cinco años después, los escándalos financieros recaigan sobre él mismo y, por ende, salqique la institución ahora en manos de su hijo.

Por esto, Felipe VI  ha tenido que salir al paso de las informaciones que le señalan como beneficiario de las fundaciones Zagatka y Lucum, esta última investigada por Fiscalía Anticorrupción tras haber recibido, supuestamente, 100 millones de dólares de Arabia Saudí.

Con esta decisión sin precedentes, Felipe VI se desvincula de cualquier negocio que pudiera tener su padre en el extranjero.

Además, el actual Rey, emitió un comunicado para  “que sea conocido públicamente”, que informó a su padre de “su decisión de renunciar a la herencia que personalmente le pudiera corresponder, así como a cualquier activo, inversión o estructura financiera cuyo origen, características o finalidad puedan no estar en consonancia con la legalidad o con los criterios de rectitud e integridad que rigen su actividad institucional y privada y que deben informar la actividad de la Corona”. En el cuál, también, le retiraba la asignación que le correspondía según los presupuestos de la Casa del Rey (194.232€ anuales) en un intento de salvar su trono.

Pero, yo me pregunto, ¿Puede alguien renunciar a una herencia si el que la deja no ha fallecido?

Pues no, no es válida en este caso.

¿Se quedará en meras pesquisas?

Hasta el momento, no pasan de ser investigaciones abiertas por sospechosas corruptelas, todo se trata de ocultar y no se ha abierto ningún juicio, apoyándose en el TITULO II de la Constitución.

En este Título, referido a la Corona y, más concretamente, en su Artículo 56.3 dice:

De esto se desprende que, “la inviolabilidad de la persona del Rey tan sólo se extiende a aquellos actos cuya naturaleza requiera el refrendo del Presidente del Gobierno o de los Ministros, en su caso” según explica Joan Carles Carbonell Mateu en el Blog colectivo “Al derecho y al revés, sobre Derechos Humanos.

Por tanto, no nos queda otra que estar pendientes y veremos que sucede…

Ya que, los hechos son tan graves y tienen tal transcendencia para la Corona que, me atrevo a pensar que, no quedará nada probado y el tiempo transcurrido lo dejará sin efecto porque, aún, hay quienes quieren  proteger la Corona a toda costa.

El Estado no puede mirar hacia otro lado

Sin embargo, está demostrado que silenciar el ataque a la monarquía no es una buena estrategia. No hay más que ver como los medios de comunicación que han participado de esa conjura se han cubierto de gloria; o, como el propio gobierno, con declaraciones como la de su portavoz Isabel Celaá:  “afortunadamente las grabaciones no afectan al jefe del Estado Felipe VI. Son antiguas, ni las consideramos”, también.

Mirar para otro lado no vale para mucho. Porque el asunto está en la calle y, la calle, está muy caliente en todo lo que tiene que ver con la corrupción.

La respuesta ya os digo que no es fácil. Porque si el rey emérito es imputado por la justicia, Felipe VI, su heredero, queda en una situación de gran debilidad, que podría hacer peligrar la continuidad de la monarquía. Y más si las cantidades que se embolsó su padre siguen en cuentas extranjeras.

En definitiva, ya nadie entiende que no podamos elegir a nuestro Jefe de Estado y que, éste, no tenga que responder ante la justicia como cualquier ciudadano/a ni pueda ser apartado de su cargo si comete un delito.

Esto no ocurriría si el Jefe de Estado fuera electo cada cuatro años. Es decir, si la Jefatura de Estado fuera realmente democrática y no por razones dinásticas.

¿Quiénes son los borbones?

Debate nacional: Monarquía vs. República

por Mª José Meseguer

Son esos que aplaudimos y saludamos con efusividad, como si se tratara de benefactores o de actores cinematográficos famosos.

Eso parece, pero en realidad son los descendientes de esta saga que voy a describir y a los que destinamos un presupuesto anual de 7.887.150 euros.

Destinándose a sueldos, lo siguiente:

Felipe VI 248.562,36 €
Letizia 136.701,36 €
Rey emérito(hasta que le fue retirada) 198.845,10  €
Sofia 111.854,88 €

Aunque, al parecer las hijas, Leonor y Sofía, no tienen asignado sueldo hasta que no cumplan la mayoría de edad hay que tener en cuenta que, una vez descontados estos sueldos, el resto del Presupuesto (hasta los casi ocho millones), se destinan a mantener la Casa Real,  sin necesidad de aclarar a qué se destina exactamente.

Además, dentro de estas cuentas no se incluyen partidas como viajes al       exterior, seguridad o los vehículos oficiales y sus conductores, entre otras cosas; cuyos gastos son sufragados por cinco ministerios distintos, como son: Defensa, Economía, Hacienda, Interior e, incluso, Patrimonio Nacional, del que depende el mantenimiento de las residencias reales.

Entonces, ¿a cuánto asciende el total? 

No existe información pública y como, según la Ley 19/2013 sobre Transparencia, acceso a la información pública y buen gobierno, la Familia Real  no está sujeta a transparencia,  no se   pueden extraer datos concretos y  nunca sabremos exactamente su total.

La fiscalía archiva la investigación sobre Juan Carlos I

El pasado 30 de octubre, el fiscal de la Sala Segunda del Tribunal Supremo, Juan Ignacio Campos, llegó a la conclusión de que la inviolabilidad de la que gozó Juan Carlos l hasta su abdicación le impide interponer una querella criminal contra él a pesar de  que estaría en condiciones de afirmar que las conductas que este tuvo, justificarían su enjuiciamiento penal y, posiblemente, una sentencia condenatoria . Por lo tanto, no habrá juicio. Es decir que se exonera de que se ponga al Rey Emérito en tela de Juicio, aún cuando todos los indicios indican una conducta penal que le podría conducir a una sentencia condenatoria, pero…

 ¡¡TODOS SOMOS IGUALES ANTE LA LEY¡¡¡

PARA MÁS INFORMACIÓN:

Los Borbones, una saga llena de Viciosos y tarados. Va por ti, Valtonyc”. Jaume Grau. Diario Público, 22/2/2018.

“La esclavitud de las Españas. Un lazo trasatlántico”        José Antonio Piqueras (2011).  blogferoz.com

“Así destapan el infame papel de Juan Carlos I en la entrega del Sahara Occidental, la CIA desclasifico  mas de 900.000 documentos” Lehbid Abdelhay/ECSAharaui. Madrid, 7/2020

Constitución española, aprobada el  31 de Octubre de 1978.

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