“Brooklyn Follies” de Paul Auster

por Paco Pardo

El placer de leer es proporcional a la calidad de la escritura y para ello hay que seleccionar lo que leemos, entender lo que no está escrito y amar cada palabra como el verso que crea universos. Paul Auster es un poeta ante todo y se nota cuando descubres su personal universo creativo. Todo lo que queramos saber sobre Paul Auster lo tenemos en San Google, hay millones de entradas sobre su vida y obra y por eso no voy a redundar en datos personales ni en su extensa bibliografía… que sirva este texto como motivación para descubrir su obra.

El azar impregna sus relatos y su prosa creativa y sorprendente son lo que siempre me ha enganchado en lo que llevo leído hasta ahora de él , “La invención de la soledad”, la “Trilogía de Nueva York” y este “Brooklyn Follies” que me ha descolocado por su prosa precisa y económica aparentemente más banal y ligera que el resto de su obra y que parece recordarnos a la comedia circunstancial de enredo caótico con sus diálogos cotidianos, rápidos y colocados en sucesión vertiginosa que no nos dejan descansar y que nos atrapan en esa rueda de la vida, que gira y gira enloqueciéndonos y dosificándonos su incongruencia vital.

Esta novela se lee sin darte cuenta, está escrita para que sientas la levedad de la lectura, como cuando aprendemos a montar en bicicleta y se nos iluminan los ojos al descubrir, por primera vez, en qué consiste la velocidad, cuando notamos como el viento nos acaricia la cara… leemos y leemos y el relato nos hace elevarnos como un Pegaso alado sin esfuerzo alguno… es la felicidad de entender entre líneas imaginarias el mundo que nos rodea… el mundo que tenemos más cerca y que muchas veces lo dejamos pasar sin advertir su riqueza en los matices más nimios y sencillos. Esta novela es elemental por su aparente sencillez, pero densa y profunda en su desarrollo y desenlace final, tan inesperado como trágico… Igual de trágico como la primera caída del niño de su bicicleta alada, esa caída que te recuerda que montar en bici no es tan sencillo… que la tragedia que nos golpea y traumatiza para siempre es la que nos hace valorar la libertad de vivir. Pero que no nos malogre ese final trágico nuestra sensación de volar, porque leyendo este maravilloso alegato de vida, descubrimos a su protagonista como alma en pena (casi desahuciado por un cáncer de pulmón) y deambulando su día a día en escribir una novela autobiográfica en la que narra en sus ratos libres el azar del barrio donde ha ido a morir. Así vemos al protagonista de la novela convertido en autor y haciéndonos cómplices de la propia redacción de la historia. Un universo pletórico del verso que no deberías perderte.

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