Pablo Iglesias está en su momento político de mayor madurez y el votante de izquierda, el abstencionista cabreado, incluso personas que han votado opciones de derecha y lo están pasando mal y se han quedado atrapadas por la crisis de 2008 mientras se aproxima una nueva recesión económica, tienen la oportunidad de dar su voto a quien tendrá como norte a la gente, las clases populares.

España es un país de mediocres, donde triunfan los trepas y las víboras que se arrastran entre los pies de los poderosos. Todo en la vida tiene un precio y estos medradores tienen fecha de caducidad y sus recambios vienen apretando fuerte. Porque son cromos intercambiables, no hay nadie imprescindible. Esta reflexión introductoria evidentemente retrata la política de este país. Aquí el poder económico tiene nombre: IBEX35. Es el principal índice bursátil de referencia de la bolsa española elaborado por Bolsas y Mercados Españoles (BME). Está formado por las 35 empresas con más liquidez que cotizan en el Sistema de Interconexión Bursátil Español (SIBE) en las cuatro bolsas españolas (Madrid, Barcelona, Bilbao y Valencia). Los sectores de las finanzas (banca), energéticas, inmobiliarias, infraestructuras, telecomunicaciones, entre otras, influyen de manera decisiva a los gobiernos y nombres propios como Ana Patricia Botín (Banco Santander), Florentino Pérez (ACS), Amancio Ortega (Inditex), Alejandro Echevarría (Mediaset), y menos conocidos como José Ignacio Sánchez Galán (Iberdrola), José María Álvarez-Pallete (Telefónica), Josep Oliú Creus (Banco Sabadell), Antonio Liardén (Enagás), Rafael del Pino Calvo-Sotelo (Ferrovial), por citar a varios presidentes de empresas poderosas, algunas multinacionales como Telefónica, son pesos pesados del capitalismo español.

Los gobiernos turnistas del bipartidismo PSOE-PP se abrazan en el IBEX35, en un imparable juego de puertas giratorias

Los gobiernos turnistas del bipartidismo PSOE-PP se abrazan en el IBEX35, en un imparable juego de puertas giratorias. El PSOE no puede ser de izquierda y gobernar para las clases populares cuando Felipe González fue consejero de Gas Natural o Guillermo de la Dehesa, secretario de Estado de Economía y arquitecto de las privatizaciones en el felipismo de los 80, fue consejero del Banco Santander. Todos los ministros de Economía de los ejecutivos del PSOE han sido liberales o neoliberales: Miguel Boyer, Carlos Solchaga, Pedro Solbes, Elena Salgado (filial de Endesa) y la eurofuncionaria Nadia Calviño, que aspiró este año a presidir el FMI. La reconversión industrial de los 80, eufemismo de desindustrialización, donde azotó con furia en el País Vasco y en localidad cántabra de Reinosa, era la aplicación de algunas de las recetas neoliberales que con mano de hierro impuso la primera ministra Margaret Thatcher en el Reino Unido. La corrupción y el GAL, también bajo el mandato de González, fueron las otras graves grietas de un periodo negro de la historia de España. El legado de Zapatero, bueno en políticas sociales, quedó emborronado en sus dos últimos años con la gestión de la crisis económica global de 2008 que comenzó con las hipotecas basura de la banca estadounidense y fue preámbulo del derrumbe del gigante financiero Lehman Brothers: duros recortes, primera reforma laboral y acuerdo con el PP para una reforma exprés del artículo 135 de la Constitución en el que antepone el pago de la deuda a cualquier gasto público y social. Pedro Sánchez era diputado y lo bendijo. Esta rendición del gobierno del PSOE ante las exigencias de los verdaderos responsables de la crisis y a los que había que rescatar, la banca, el sistema financiero desrregulado por el neoliberalismo, caía sobre las espaldas de ‘los de abajo’, término que introdujo Podemos en contraposición de ‘los de arriba’. Antes el 15-M hizo célebre el lema “PP y PSOE, la misma mierda es”.

EL DEFECTO DE FÁBRICA DEL PSOE

Los poderes económicos son los dueños de los medios de comunicación y la cruzada contra Podemos no ha cesado

Y es que el PSOE iba a aterrizar en la transición, tras la muerte de Franco, con defecto de fábrica: el congreso de Suresnes de 1974, tutelado por la CIA y Willy Brandt. La conversión en el socioliberalismo con tintes neoliberales explica la renuncia a la socialdemocracia de los socialistas españoles. Esta disyuntiva clarifica la difícil convivencia del PSOE, una derecha moderada, con Unidas Podemos, al que observa con recelo como la izquierda a la que muchos militantes socialistas han recalado en la joven formación morada. Parece sentirse más cómodo manifestándose por las calles de Barcelona con el ‘trifachito’ (PP, Cs y Vox).

Los poderes económicos son los dueños de los medios de comunicación y la cruzada contra Podemos no ha cesado desde su gran resultado en las elecciones europeas de 2014, al poco tiempo de su fundación: informaciones tendenciosas, magnificadas, bulos o informes falsos de las cloacas del Estado. El Banco Sabadell, del IBEX35, convirtió desde Cataluña a Ciudadanos en partido estatal como un Podemos de derechas y para frenar su avance. Pero los morados siempre son sometidos al estigma de la horca. Ahora es descarado el apoyo mediático al partido de Íñigo Errejón, Más País, una escisión de Podemos hecha a traición que pretende quitarle votos y que cuenta con la bendición de Manuela Carmena, próxima al PSOE como su pupilo. La exalcaldesa de Madrid mantiene fluidas relaciones con el poder económico, en particular con influyentes constructoras. Un daño colateral es la ruptura de Equo. El ambicioso Errejón se ha llevado la marca verde del partido que pilota Pablo Iglesias, un polítólogo, profesor de universidad, con un bagaje intelectual que le convierte en el mejor político de la democracia, por su capacidad de liderazgo, de hombre de Estado (su postura en la cuestión catalana, su conocimiento de Latinoamérica) y en su dialéctica y argumentario en el debate como parlamentario que deja a sus adversarios políticos al nivel de charlatanes de feria y burdos demagogos. Él, en sus propias carnes, ha sido objeto de una cacería por tierra, mar y aire. Pero la verdad termina imperando y se acabaron las falsas acusaciones de financiación de Venezuela e Irán, con siete sentencias judiciales que desmienten a los difamadores. Iglesias tiene razón cuando dice que los partidos pierden su independencia cuando se endeudan con los bancos. El crowfunding ha sido una idea acertada que han terminado por asumir sus socios de Izquierda Unida.

La desbandada del sector errejonista, lejos de debilitar, ha fortalecido a la organización. Se ha rodeado de un núcleo duro que mezcla juventud y experiencia. Unos más conocidos como Irene Montero, Ione Elarra, Gloria Elizo, Rafa Mayoral, Pablo Echenique, Alberto Rodríguez, Noelia Vera, el exjemad Julio Rodríguez, el economista Nacho Álvarez. De las confluencias la proximidad con Ada Colau o la gallega Yolanda Díaz refuerza la riqueza de ideas. Y la jueza canaria Victoria Rossell ha sido todo un descubrimiento para la política. Pero hay más, no son los únicos.

Sánchez trató a Iglesias como a un gregario ante la petición de competencias que no de sillones

IGLESIAS TRANSMITE CREDIBILIDAD

Durante las negociaciones para formar un ejecutivo, el error de Pablo Iglesias de confiar en la palabra de Pedro Sánchez, al que le trabajó una moción de censura compleja y gratis para echar al PP de la corrupción del gobierno, echó abajo cualquier intento de firmar un gobierno de coalición. El IBEX35, la CEOE y el grupo Prisa presionaron por un pacto PSOE-Cs, pero Albert Rivera prefería ser el líder de la oposición en su lucha con el PP. Sánchez trató a Iglesias como a un gregario ante la petición de competencias que no de sillones. Ante la cita del 10 de noviembre, el PSOE  se mide ante su propia historia. Lo cierto es que nunca cumple lo que promete que es de izquierda en campaña porque se debe a las élites. Así ya lo vivimos con decepción cuando Felipe González arrasó en 1982.

Pablo Iglesias está en su momento político de mayor madurez y el votante de izquierda, el abstencionista cabreado, incluso personas que han votado opciones de derecha y lo están pasando mal y se han quedado atrapadas por la crisis de 2008 mientras se aproxima una nueva recesión económica, tienen la oportunidad de dar su voto a quien tendrá como norte a la gente, las clases populares.

El programa de Unidas Podemos se caracteriza por un compromiso con políticas destinadas a reducir la desigualdad, la opresión de los grupos desfavorecidos y la pobreza

El programa de Unidas Podemos se caracteriza por un compromiso con políticas destinadas a reducir la desigualdad, la opresión de los grupos desfavorecidos y la pobreza. Algunos propuestas para mejorar la vida de la mayoría: subir el salario mínimo durante la legislatura hasta 1.200 euros; jornada laboral de 34 horas; eliminar contratos temporales de menos de un mes; regular los precios de los pisos de alquiler; actualización por ley de las pensiones al IPC; universidad pública gratuita; bajar el precio de la luz. Para eliminar los privilegios a los más ricos: recuperar los 60.000 millones del rescate bancario; establecer un impuesto a las grandes fortunas y a las transacciones financieras. Para garantizar el futuro: crear una empresa pública de energía que compita con el actual oligopolio de la electricidad y el gas; crear una banca pública a partir de Bankia; crear un gran parque público de viviendas sociales; establecer el derecho a voto desde los 16 años.

Toda una declaración de intenciones de Pablo Iglesias: “Frente a una recesión solo hay dos alternativas: o recortes por arriba, a las élites del privilegio, o recortes por abajo, generando más precariedad e inseguridad a las familias. Si Unidas Podemos está en el próximo gobierno, no tengan dudas que los recortes vendrán por arriba”. Desde mi honestidad, pido el voto para las próximas elecciones generales del 10-N para Unidas Podemos, que representa la decencia en política con un programa viable porque cuadran las cuentas, no es una utopía.

Artículo de
MAXI DE LA PEÑA copiado del Diario Cantabria

Leave a Reply

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.